Cálculos renales

martes, 9 de febrero de 2016
Un cálculo es una masa sólida que se forma a partir de pequeños cristales que se encuentran en la orina y pueden alojarse en el riñón o dentro del uréter (conducto través del cual sale la orina del riñón a la vejiga).

Los cálculos renales pueden ser tan pequeños como un grano de arena o tan grandes como una piedra o una pelota de golf y suelen ser de color amarillo o café.

Cuando un cálculo es muy grande puede quedar atrapado en el riñón o en el tracto urinario y bloquear el paso de la orina, lo que resulta sumamente doloroso.

Los cálculos renales y uretrales son muy comunes y a menudo aparecen en bebés prematuros.

Tipos de cálculos

No todos los cálculos son iguales. Los principales tipos de cálculos de acuerdo a su composición son:

    Cálculos de calcio. Son los más comunes. Los riñones eliminan el calcio adicional que no usan los huesos y músculos a través de la orina, pero cuando se acumula puede formar un cálculo. El oxalato es la forma más común de cálculo de calcio y es más frecuente en hombres de 20 a 30 años
    Cálculos de estruvita. Son más comunes en las mujeres y están formados, por general, de amoníaco. Suelen aparecer después de una infección crónica del sistema urinario.
    Cálculos de ácido úrico. Se forman cuando hay mucho ácido úrico en la orina, debido a una dieta alta en proteínas o como resultado de la quimioterapia.
    Cálculos de cistina. Son poco frecuentes y son resultado de una enfermedad hereditaria llamada cistinuria.

¿Qué causa los cálculos renales?

Los cálculos renales pueden ser producto de la alimentación, de la herencia o de otros factores, aunque no se ha comprobado que comer ciertos alimentos aumente la probabilidad de que aparezcan en personas que no tienen predisposición a padecerlos.

Los antecedentes familiares, las infecciones en el tracto urinario y trastornos como las enfermedades renales quísticas se relacionan con su desarrollo.

Síntomas de los cálculos renales

El síntoma principal de los cálculos renales es un dolor intenso (parecido a un cólico) en la parte baja de espalda o en el costado, que puede aparecer de manera repentina. Este dolor suele extenderse hacia el abdomen, ingle o genitales conforme se desplaza el cálculo.

Otros síntomas característicos son:

    Náuseas
    Vómito
    Fiebre o escalofríos
    Orina turbia o con mal olor
    Sangre en la orina
    Necesidad de orinar con más frecuencia
    Sensación de ardor al orinar

Hay cálculos que no provocan molestias, a estos se les conoce como cálculos asintomáticos y por lo general son muy pequeños, por lo que sólo se pueden ver en una radiografía u otro estudio similar.

¿Cómo se diagnostica un cálculo renal?

Si presentas síntomas de cálculos renales, acude a tu médico para que te realice un examen físico.

También te puede realizar exámenes de sangre para ver los niveles de fósforo, ácido úrico y electrolitos; análisis de orina para detectar la presencia de cristales o glóbulos rojos o un examen de la función renal.

Los cálculos se pueden observar en pruebas de imagenología como rayos X, tomografías, ecografías o resonancias magnéticas.

Si ya has tenido cálculos puedes tener una alta probabilidad de volver a desarrollarlos, por lo que tu médico necesita analizar el cálculo extraído y realizar pruebas de sangre y orina para determinar el riesgo de recurrencia.

Tratamiento de los cálculos renales

Los cálculos diminutos pasan a través del sistema urinario por sí solos sin causar molestias. En caso de que el cálculo sea más grande, su tratamiento dependerá del tipo de cálculo y los síntomas.

Tomar mucha agua ayuda a eliminar cálculos pequeños, pero en ocasiones puede ser necesario recurrir a ciertos medicamentos recetados por tu médico para poder eliminarlos.

Si el dolor es muy fuerte, puedes tomar analgésicos como el ibuprofeno o naproxeno.

Un urólogo puede introducir un instrumento especial a través de la uretra y la vejiga para encontrar el cálculo y removerlo o desintegrarlo para poder eliminarlo.

Si los cálculos no se pueden eliminar o disolver con medicamentos u otras técnicas, son muy grandes, bloquean el flujo de la orina o causan mucho dolor, puede ser necesaria una cirugía.

Los cálculos tienden a reaparecer y pueden provocar infecciones urinarias y daño al riñón si no se tratan a tiempo.

¿Cómo prevenir los cálculos renales?

Hay medidas que te ayudarán a reducir el riesgo de volver a formar un cálculo y mejorar tu salud en general:

    Bebe entre 2.5 a 3 litros de agua al día (uniformemente)
    Elige bebidas con pH neutro como el agua o la leche
    Controla el color y la frecuencia de la orina
    Lleva una dieta equilibrada (que incluye muchas frutas y verduras)
    Consulta a tu médico antes de tomar suplementos de calcio
    Reduce la cantidad de sal en tu dieta (no consumas más de 1,500 mg)
    Evita comer demasiada proteína animal (no más de 2 porciones por día)
    Mantén un peso saludable
    Haz ejercicio 2 o 3 veces a la semana
    Evita el estrés

Sabías que…

    El dolor producido por un cálculo renal se describe como una de las experiencias más dolorosas, similar a un parto.
    1 de cada 10 personas tendrán un cálculo en algún momento de su vida.
    Los cálculos aparecen con mayor frecuencia entre los 30 a 50 años.
    En el pasado a los cálculos renales se le conocía como la “enfermedad de la cenicienta”.
    La orina tiene sustancias como calcio, magnesio, oxalato y ácido úrico, que en exceso pueden formar los cálculos.


Via voyaldoc.com

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