La primera reacción frente al diagnóstico de una enfermedad crónica como la diabetes es una reacción de duelo, y cuando esta situación se da en un niño, los padres lo viven con gran preocupación. Por este motivo, en numerosas ocasiones, los padres viven el debut en diabetes de su pequeño como una pérdida, pues piensan que las expectativas de futuro, esperanzas, sueños de su hijo quedan truncadas para siempre. Madre preocupada
En otros casos, se sienten desbordados por las nuevas responsabilidades con relación a los cuidados, dando lugar a situaciones de conflicto bien frente al niño, o bien entre los propios padres.
Algunas de las preocupaciones o temores más frecuentes que afectan cuando se informa de la diabetes de un hijo:
El primer pensamiento que viene a la cabeza es si podrá morir a causa de dicha enfermedad.
Se da un cambio en el modo de considerar al hijo: de tener un hijo sano a tener un hijo con una enfermedad incurable.
Abandono de actividades o trabajos a favor del cuidado del niño, dejando frecuentemente de trabajar alguno de los cónyuges.
Surge miedo y angustia ante el futuro del niño; ¿será capaz de cuidarse durante, en principio, toda su vida?, ¿qué complicaciones tendrá?
Tener diabetes tampoco es tan grave, efectivamente no es algo deseable.
¡Ojalá tu hijo no la tuviera!
Comprobaréis que, con la adecuada formación y serenidad, no va a ser un factor invalidante sino tan sólo algo limitante. Y lo digo por experiencia propia…
El proceso de adaptación a la enfermedad se desarrolla a través de distintas fases:
Fase 1. Negación de la enfermedad: la negación ayuda a amortiguar el dolor ante una noticia inesperada e impresionante.
Fase 2. Rebeldía o ira: etapa difícil de afrontar para los padres y para todos los que los rodean, buscándose a menudo alguien a quien culpar de la diabetes.
Fase 3. Negociación: ante la dificultad de afrontar la difícil realidad, surge la fase de buscar un acuerdo para intentar superar la vivencia traumática.
Fase 4. Depresión: conforme se piensa en el futuro, aunque sea a corto plazo, abruma la cantidad de cosas que hay que aprender y hacer.
Fase 5. Aceptación: La persona con diabetes y su familia se dan cuenta de que se puede seguir viviendo con esta condición y tener una buena calidad de vida.
Dado que todo este proceso hay que pasarlo, lo ideal es que transcurra lo más brevemente posible hasta que toda la familia se adapte a la nueva situación, teniendo en cuenta que cada persona es diferente y necesita un tiempo distinto.
No obstante, cabe destacar que habitualmente este proceso dura al menos un año. Durante este periodo la familia, y especialmente vuestro hijo, os debéis enfrentar a numerosos acontecimientos que “ponen a prueba” la adaptación: cumpleaños, navidades, vacaciones, colegio, etc.
Via diabetes.bayer.es
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