Lumbalgia: estudio busca sus factores de riesgo

lunes, 9 de febrero de 2015
El dolor de espalda es uno de los más frecuentes: cerca del 10 por ciento de la población mundial lo ha sufrido en algún momento de su vida, lo que lo convierte en un factor discapacitante importante a nivel mundial. No obstante, y más allá de los obstáculos que significa, aún mucho no se ha avanzado en la prevención de esta dolencia, según los autores de un estudio recientemente publicado en la revista especializada Arthritis Care & Research.

Según explican, esto se debe a que no se han identificado todos los factores que influyen en este mal. Sostienen que los trabajos de investigación a este respecto se han centrado hasta ahora en las causas que influyen a largo plazo en el dolor de espalda -como puede ser ser fumar o hacer poco ejercicio-, pero no en los desencadenantes a corto plazo del mismo.

De esta forma, y con sobre una base de 999 personas de más de 18 años, se estudió una serie de factores físicos y psicológicos que pueden llevar a un episodio de dolor de espalda. Cada uno de los participantes informaron cuando les dolía la espalda, y a partir de ese momento se les preguntaba, uno a uno, si habían estado expuestos a algunos de los factores que los investigadores habían señalado como de riesgo.

Además de identificar los hábitos de nuestra vida diaria que pueden ser los que lleven a sufrir dolor de espalda, el estudio sirve también para esbozar, de alguna forma, el perfil de la dolencia. De esta forma, se puede saber que la duración habitual de un episodio de dolor es de 4,9 días, que el tiempo más frecuente desde que el paciente comienza  a sentir el dolor hasta que va al médico es de dos días, y que la franja horaria mayoritaria para estos episodios era por la mañana, entre las siete y las 10 horas.

Con los resultados del análisis, se ha conseguido elaborar una especie de ranking de los factores que más incidencia tienen: las posturas extrañas o forzadas, el cargar elementos pesados, las sesiones de ejercicio demasiado intensas y el cargar o levantar a personas o animales. Las caídas, resbalones y los tropezones afectaban también, pero, como estas son poco frecuentes, no aparecen entre los hábitos más directamente relacionados con el dolor de espalda.

Los participantes reportaron que el dolor se iba reduciendo progresivamente a medida que iban pasando las horas. Esto era así con todas las variables excepto con el sexo: eran más los que informaban de padecer dolor de espalda 24 horas después de haber tenido relaciones, que los que lo sentían sólo dos horas después.

En cuanto a los factores psicológicos, que también tenían, no obstante, un componente físico, los que más influencia demostraron tener fueron estar cansado o fatigado y estar distraído durante una actividad manual. El consumo de alcohol ocupaba el último de los tres puestos. Si se tienen en cuenta todos estos factores combinados, lo menos recomendable para el dolor de espalda sería cargar peso en una postura extraña o hacerlo sobre una superficie poco estable.

Los responsables del estudio hacen especial hincapié en que todos estos elementos de riesgo son directos, esto es, que el tiempo que transcurre desde que se lleva a cabo la acción hasta que llega el dolor es corto. Señalan igualmente que todas estas acciones son modificables, y que, por tanto, se puede intentar evitarlas. “Somos conscientes de que es difícil cambiar el comportamiento humano, pero la incidencia del dolor de espalda en todo el mundo evidencia que hay que tomar medidas“, señalaron.

Via vitadelia.com

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