La migraña es un dolor de cabeza recurrente, que suele aparecer en la pubertad y afecta principalmente a la población entre los 35 y los 45 años de edad.
Su incidencia es dos veces más frecuente entre las mujeres que entre los hombres debido a influencias hormonales. Está causada por la activación de un mecanismo encefálico que conduce a la liberación de sustancias inflamatorias causantes de dolor alrededor de los nervios y vasos sanguíneos de la cabeza.
Los episodios de migraña se caracterizan normalmente por:
• dolor de cabeza de intensidad moderada a severa;
• dolor en un solo lado de la cabeza y/o pulsátil;
• empeora con la actividad física ordinaria;
• puede durar desde algunas horas hasta 2 o 3 días;
• pueden aparecer nauseas, molestias ante la luz (fotofobia) o los ruidos (fonofobia);
• los episodios se presentan con una frecuencia que varía entre uno al año y uno por semana.
En algunas ocasiones (en torno a un 15% de los pacientes) el dolor viene precedido por un fenómeno conocido como “aura” en el que hay una distorsión visual en forma de luces brillantes, líneas en zig-zag u otras alteraciones del campo de la visión. Con menos frecuencia se adormecen los miembros o hay dificultad para hablar. El aura cede en menos de una hora y se sigue del dolor de cabeza.
Consultar con el médico cuando se producen los primeros episodios de dolor es importante para realizar el diagnóstico de forma temprana. Una vez prescrito el tratamiento se debe acudir al médico si se nota un dolor de una intensidad diferente a la habitual, si el dolor empeora al acostarse, la medicación deja de ser efectiva, se presentan efectos secundarios o en el caso de las mujeres si hay probabilidad de estar embarazada, momento en el que no deben ingerirse ciertos medicamentos.
Con los tratamientos actuales, los dolores pueden durar tan sólo unas horas. Los últimos avances en este campo son medicamentos a base de triptanos, que se encuentran disponibles en forma de inyecciones subcutáneas, comprimidos orales y aerosoles nasales. Los analgésicos de venta libre como el paracetamol, el ibuprofeno o la aspirina son eficaces cuando la migraña es leve. Sin embargo, se debe evitar el uso crónico de tales analgésicos, pues pueden ocasionar cefaleas de rebote. Como norma orientadora, no se deberían de emplear más de 2 veces en una semana.
¿Cómo prevenir los ataques de migraña?
Para prevenir los ataques de migraña es recomendable evitar:
• las luces brillantes,
• los ruidos fuertes,
• el estrés mental o físico,
• cambios en los patrones de sueño,
• tabaquismo,
• omisión de comidas,
• consumo de alcohol,
• fluctuaciones hormonales
• la ingesta abusiva de algunos alimentos como los que contienen el aminoácido tiramina (vinos rojos, queso curado, pescado ahumado y algunas legumbres), chocolates, nueces, algunas frutas, carnes que contienen nitratos (tocino, salami), entre otros.
¿Qué hacer si aparece la migraña?
La duración de los episodios de migraña no tratados es muy variable. Con los tratamientos actuales, la duración es menor. Cuando aparecen los síntomas se deben tomar algunas medidas como descansar en una habitación silenciosa y oscura, consumir líquidos para evitar la deshidratación y colocar paños fríos sobre la cabeza.
Cuando los episodios son frecuentes (semanales) se ha de consultar para valorar la necesidad de un tratamiento preventivo que reduzca la frecuencia de los episodios de migraña y así reducir el consumo de calmantes para el dolor.
Es importante llevar una vida regular, evitando la falta de sueño, comidas copiosas, etc. El ejercicio físico fuera de los episodios de dolor es beneficioso.
Via hogarmania.com
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