Niños y pie de atleta: cómo evitarlo

domingo, 2 de octubre de 2016
¿Sabías tú que, en la piscina comunitaria, en las duchas de un club o al pisar descalzos el suelo de un sauna, tus peques pueden contagiarse de hongos? Sí, si no tomas las medidas preventivas necesarias, ellos comenzarán con molestias en los pies (picazón, escozor, irritación, enrojecimiento, mal olor…) y terminarán siendo presas fáciles de una infección inoportuna.

Efectivamente, la salud pédica (de los pies) de los niños y los jovenes corre serios riesgos cuando entran en contacto frecuente con zonas húmedas propensas a contagios.

Pero, ¿de qué hablamos cuando hablamos de hongos o micosis? De una infección que aqueja a la planta de los pies y se localiza, además, entre los dedos, es decir, en la zona interdigital. En el ámbito médico se conoce como “tiña podal”.

Pese a lo que se cree, y aunque se la conozca como pie de atleta, paradójicamente esta infección no afecta únicamente a los atletas. Si tus hijos practican deporte, frecuentan un gimnasio y se exponen a superficies húmedas (fuente de contagio) pueden ser candidatos a padecer este mal que resulta muy molesto de atacar. Por lo general, empieza con un picor fastidioso y puede terminar convirtiéndose en la peor pesadilla de tus niños. La buena noticia es que puedes impedir que así sea.


CÓMO EVITAR QUE TUS CHICOS SE “PESQUEN” HONGOS

Para evitar al, ya famoso en verano, pie de atleta, como madre o padre hay algunas cosas que puedes hacer. En este sentido, conviene que actúes de forma rápida, ya que el tratamiento precoz de los hongos posibilita que estos no se propaguen ni se tornen difíciles de eliminar.

Aquí, algunas claves o consejos útiles de expertos para poner freno a los indeseables hongos en los pies. Seguir, al pie de la letra, la mayoría de ellos, protegerá a tus hijos contra este insoportable mal:

    Tras la realización de ejercicio o la práctica de algún deporte, haz que tus hijos se duchen y se laven, especialmente, las uñas y entre los dedos de los pies.
    Aconseja a tus niños usar chanclas u ojotas al ingresar a la piscina, las duchas o el vestuario del gimnasio o el club. Recuerda: nunca deben andar descalzos en esos sitios.
    Mantén las uñas de los pies de los niños, cortas y limpias. Y enséñales a no compartir cortauñas ni limas con otros.
    Pide a tus peques que usen medias de algodón. Las mismas siempre deben estar limpias y secas. De ser necesario, autoriza a los tuyos a usar varios pares de medias al día.
    Evita la transpiración de sus pies. Mantén siempre seca y perfectamente higienizada, en especial, la zona interdigital.
    Al calzarse, cerciórate de que usen un polvo pédico dentro de las medias y en el calzado. Esto es: un talco contra hongos que contribuya a secar la zona y combatir la humedad que fomenta la creación de hongos.
    Como el pie de atleta suele localizarse entre los dedos de los pies, conviene que enseñes a tus hijos a secarse perfectamente en los pliegues y huecos, después de la higiene diaria.
    Evita que tus hijos compartan toallas u objetos de higiene personal con otros.
    Al volver del gimnasio o el club, lava la ropa de tus niños inmediatamente. La indumentaria deportiva no debe usarse dos veces, porque el sudor acumulado puede ser fuente de nuevos hongos.
    Tras el baño diario, sugiere a tus chicos que utilicen un medicamento antimicótico para curarse del pie de atleta y, si no lo padecen, a modo preventivo.
    Solo en casa, donde la limpieza profunda depende exclusivamente de ti, deja a tus chicos andar descalzos y con los pies al aire libre, de modo que no transpiren en ningún momento.
    El uso habitual de cremas o polvos antimicóticos (suelen ser de venta libre en farmacias) contribuye a controlar la infección y/o a prevenirla.

ALGUNOS REMEDIOS CASEROS PARA EVITAR ESTE MAL

Existen los llamados “remedios de la abuela” o antídotos caseros que permiten declararle la guerra y poner fin al pie de atleta. Algunos de ellos son:

    Agua oxigenada: se usa para limpiar perfectamente los pies.
    Alcohol iodado: posee un efecto antimicótico.
    Bicarbonato de sodio: se esparce entre los dedos de los pies.
    Jabón con sulfato de selenio: para utiliza para limpiar los pies, de cara a prevenir la micosis.
    Jengibre: un té de jengibre siempre es un buen antiséptico para combatir los hongos.
    Lejía: una pequeña dosis de lejía en una cubeta de agua proporciona una solución muy efectiva donde remojar los pies. Se recomienda repetir el procedimiento una vez a la semana.
    Orégano: se prepara una infusión (es decir, se remoja en agua) y con ella se procede al lavado de los pies.
    Plata coloidal: resulta un buen antídoto hecho en casa contra el pie de atleta.
    Salmuera: impide la proliferación de los hongos en los pies. Para ello, se ponen los pies en remojo, añadiendo al agua un puñado de sal gruesa.
    Vinagre de manzana: contribuye a secar la superficie de los pies, evitando que proliferen los hongos.

SACANDO ALGUNAS CONCLUSIONES ÚTILES

En caso de repentina aparición de algunos de los mencionados síntomas del pie de atleta, no dudes en consultar, a la mayor brevedad posible, al pediatra de tus hijos. El acceso a un diagnóstico certero es posible a través de un examen sencillo que involucra al hidróxido de potasio (KOH). Asimismo, el mal provocado por la micosis en los pies se llega a detectar a través de un cultivo o una biopsia de piel.

Una vez diagnosticado el pie de atleta, el especialista sugerirá el medicamento adecuado para proceder a un tratamiento eficaz. Es importante que sea un profesional experto en medicina infantil, ya que cualquier fármaco no es conveniente para el uso en edades tempranas.

Por último, si tienes la suerte de que tus hijos no padecen el pie de atleta, sigue apostando por los buenos hábitos para que no sufran estas molestas infecciones por hongos.

Via virginactive.es

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