Halitosis (mal aliento)

jueves, 21 de enero de 2016
La halitosis (mal aliento) es un problema que sufren muchas personas y puede afectar a las relaciones personales. Para muchas personas la halitosis es un tema tabú. Con frecuencia las otras personas no se atreven a hablar a los pacientes sobre su mal aliento. Pero esto podría ser de gran ayuda porque la mayoría de las personas no son conscientes de su problema.

En muchos casos, la halitosis puede tratarse sin problemas. El tratamiento dependerá de la causa del mal aliento. La opinión de que la halitosis suele deberse con frecuencia a enfermedades del estómago es errónea. La mayoría de las personas con halitosis tienen problemas en el área de la boca, nariz o faringe, lo que puede también deberse a una falta de higiene bucal. Con ayuda de una higiene bucal cuidadosa, muchos afectados podrían solucionar su problema en gran medida.

Un aliento desagradable, es decir, una halitosis, también puede deberse a enfermedades del metabolismo, del aparato digestivo o de los órganos respiratorios, como, por ejemplo, una descompensación metabólica como la diabetes mellitus.

El tratamiento de la halitosis depende sobre todo de sus causas. Si es una enfermedad la responsable del mal aliento, será necesario tratar dicha enfermedad en primer lugar. Si las causas de la halitosis se hallan en el área de la boca, nariz o faringe, lo fundamental es una buena higiene bucal. Para ello, también pueden ayudar a corto plazo colutorios antibacterianos. También pueden ser útiles medidas que estimulan la producción de saliva. Los afectados lo primero que deben hacer es acudir a su odontologo, ya que en un alto porcentaje de los casos se debe a una higiene deficiente de la boca, y como consecuencia de ello se produce una colonizacion bacteriana, que en la mayoria de los casos es la causa de la halitosis.

Definición

La halitosis no es una enfermedad. Puede ser un indicio de falta de higiene bucal, pero también puede deberse a diferentes enfermedades. El consumo de determinadas comidas como cebollas o ajo puede causar a corto plazo halitosis, pero también un estómago en ayunas. Dejando estas situaciones a un lado, la halitosis permanente puede suponer una carga para los afectados y las personas cercanas.

La halitosis es un término global para definir el mal aliento. El origen del mal aliento se halla en el área de la boca, nariz y faringe, y se debe, por ejemplo, a enfermedades de la cavidad bucal. El olor desagradable se hace evidente al espirar por la boca, y en ocasiones se percibe al espirar por la nariz. Cuando se percibe el mal olor al espirar por la nariz, su causa se encuentra fuera del area bucal, pudiendo deberse a causas estomacales, o pulmonares.
Incidencia

El mal aliento afecta a un cuarto de la población. De esta, entre un 85 y un 90% es tratada de halitosis.

Causas

Las causas del mal aliento suelen hallarse en aproximadamente el 85 al 90% de los casos en el área de la boca, nariz o garganta.

El mal aliento de origen bucal, surge generalmente por procesos de putrefacción provocados por bacterias. Las bacterias producen productos metabólicos sulfurados que son la causa real del mal aliento. Las razones de este mal olor son, por ejemplo:

    Enfermedades del periodonto y de los dientes: Enfermedades como, por ejemplo gingivitis, también pueden ser las responsables del mal aliento.
    Una higiene insuficiente de los espacios interproximales y de las bolsas gingivales: Los microorganismos pueden establecerse sin obstáculos en los espacios interproximales, en dientes algo rotos y, especialmente, en bolsas gingivales infectadas.
    Sarro bacteriano y restos de comida en la lengua: La superficie rugosa de la lengua, especialmente en el tercio posterior, donde la lengua no tiene contacto con el paladar, supone una buena base para restos de comida y para el sarro bacteriano.
    Tumores en la zona de la boca, nariz o garganta: El mal olor puede deberse a que se han desprendido partes de un tumor.
    Menos salivación (sindrome de Sjögren): Una salivación escasa favorece el mal aliento. Las mucosas se secan por lo que se forman depósitos bacterianos. Factores como roncar, respirar por la boca o ayunar también pueden reducir la salivación, al igual que determinadas enfermedades de las glándulas salivales o medicamentos (como los psicofármacos). Por la noche, la producción de saliva suele bajar fuertemente, por ello al levantarse la mañana siguiente es más apreciable un olor y sabor desagradables. También las personas ancianas padecen a menudo de una menor salivación.
    Infecciones bacterianas del área de garganta, nariz y faringe: Enfermedades como la sinusitis, la tonsilitis o también un resfriado (rinitis), pueden provocar mal aliento transitoriamente.

Otras causas del mal aliento

El mal aliento también se percibe al espirar por la nariz en alrededor del 10 al 15 por ciento de la población con mal aliento. En este caso, las causas del mal aliento se hallan casi siempre fuera del área de la boca, nariz y faringe. Las causas del mal aliento en la halitosis se hallan por ejemplo, en enfermedades del metabolismo, del aparato digestivo o de los órganos respiratorios. La halitosis se da por ejemplo en caso de:

    Enfermedades pulmonares como bronquitis purulenta, neumonía o absceso pulmonar.
    Descompensaciones metabólicas en el marco de una diabetes mellitus o en caso de graves trastornos de los riñones o del hígado (coma hepático).
    Envenenamientos por sustancias como fósforo, arsénico o selenio.
    Enfermedades del tracto digestivo como, por ejemplo, cuerpos extraños en el esófago, oclusión intestinal (íleo), infecciones del estómago por la bacteria Helicobacter pylori o dilataciones de la pared esofágica (divertículos esofágicos).

Por otro lado, algunas personas con halitosis espiran ácidos grasos que provocan el olor desagradable (la llamada halitosis esencial). Hasta ahora no se conocen las causas de esta forma de mal aliento.

Síntomas

En la halitosis los pacientes perciben los síntomas cuando otra persona se lo hace saber. El mal aliento se manifiesta por una espiración desagradable. El olor puede variar y tener diferente intensidad.

El tipo de mal aliento puede indicar una enfermedad subyacente. Las personas con un trastorno hepático grave, pueden oler, por ejemplo, a hígado crudo. En caso de una descompensación metabólica dentro de una diabetes mellitus, el aliento huele a acetona. En este caso se trata de un olor similar al de una manzana podrida. Si el olor recuerda a la orina, puede tratarse de un trastorno de la función renal.

Si la causa del olor es la falta de higiene dental, las bacterias pueden desarrollarse muy bien en el área de la boca y faringe. Sus productos de descomposición, compuestos sulfurados volátiles, son los causantes de un aliento fuerte, rancio o podrido.

Diagnóstico

El diagnóstico del mal aliento es muy sencillo: el médico percibe el olor desagradable. Ahora bien, los pacientes no suelen darse cuenta de ello, por lo que por lo general suele ser la familia, los amigos o los conocidos los que deben llamar la atención al respecto. En la halitosis más complicado que el propio diagnóstico es averiguar sus causas. La halitosis puede tener muchas causas. Por ello, el diagnóstico suele servir para hallar lo que está provocando el aliento desagradable para poder eliminarlo. En la mayoria de los casos, es el dentista el que puede hallar las causas de la halitosis. A veces, también participan mano a mano dentistas, otorrinolaringólogos e internistas para hallar la razón del mal aliento.

Para determinar y evaluar la halitosis se utilizan en algunas clínicas dentales unos aparatos especiales (monitores de sulfuros) que miden la porción de compuestos sulfurados volátiles del aliento.

Tratamiento

El tratamiento de la halitosis dependerá del causante de las molestias. Un gran número de casos de halitosis se deben a un aumento del número de bacterias en la zona de la boca. Una reconstrucción dental integral supone la base necesaria para el tratamiento de la halitosis. Además, el dentista trata las enfermedades existentes del periodonto (tratamiento de la periodontitis). Una explicación detallada sobre la correcta higiene dental supone también un punto fuerte en el tratamiento de la halitosis: una higiene bucal cuidadosa y regular con cepillo de dientes, seda dental y limpiador lingual, contribuye en gran medida a eliminar de forma permanente el mal aliento. Además, pueden emplearse colutorios antibacterianos para eliminar en parte las bacterias. En definitiva, para tratar la halitosis se debe acudir al odontologo, el cual tras tratar os problemas causantes, debera explicar detallada las tecnicas de higiene necesarias para evitar la halitosis

Una mayor producción de saliva reduce el olor desagradable, por lo que debería favorecerse la salivación; esto puede conseguirse masticando chicles sin azúcar o manzanas. Los afectados deben evitar comidas muy especiadas. Si fuera una enfermedad determinada la causante del mal aliento, será necesario tratarla. Si la responsable del mal aliento es una bronquitis purulenta, la halitosis desaparecerá cuando se haya curado la bronquitis. Si estamos ante una halitosis esencial, en la que los responsables del mal aliento son ácidos grasos malolientes, el tratamiento consistirá por lo general, en una dieta pobre en grasas con requisitos especiales.

Los colutorios como la clorhexidina luchan contra la causa de la halitosis, aunque no deben usarse de forma permanente.Tanto el colutorio adecuado, como la duracion del tratamiento debe ser indicada por el odontologo.

Evolución

En la mayoría de los casos, la halitosis puede eliminarse en el curso del tratamiento. A menudo, una higiene bucal regular y cuidadosa consigue el efecto deseado. En caso de que sean determinadas enfermedades las causantes del mal aliento, la evolución dependerá del éxito que tenga el tratamiento de la enfermedad subyacente.

Prevención

Con una higiene dental a fondo, puede prevenirse a menudo el mal aliento de forma efectiva. Una limpieza regular tanto de los dientes como de los espacios interproximales con seda dental, por ejemplo, debería ser algo natural. Se recomienda realizar una limpieza dental profesional en el dentista de forma periódica. Además, en un espacio de tiempo limitado también son de ayuda los colutorios antibacterianos. Igualmente, la limpieza regular de la lengua con un cepillo suave o con un limpiador lingual especial como parte integrante de la limpieza bucal diaria puede prevenir la halitosis.

Por lo general, no es posible evitar la halitosis que se debe a una enfermedad concreta.

Via onmeda.es

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