En este sentido,
Refrescos: se ubican en el primer lugar como los menos recomendados. Altos en azúcares y vacíos en nutrientes, son la opción menos aconsejable para beber. Además, como habéis comprobado, no quitan la sed, al contrario, pareciera que la incrementan.
Las bebidas tipo deportivas también deben ser muy limitadas. De alto valor calórico, no deben formar parte de la ingesta diaria, y mucho menos si no se es deportista. Las personas que sí hacen deporte, pueden acudir a ellas solo en esas ocasiones, cuando la actividad haya sido intensa y se busque recuperar algo de los minerales y de la energía perdida.
Así también las bebidas no calóricas, con edulcorantes artificiales, están en la mira de los especialistas: al ser dulces pueden llamar a beber más, y de otras bebidas con azúcar. Las bebidas alcohólicas, por su parte, también se cuentan dentro de la “lista negra”, y si se beben, solo debe ser en ciertas ocasiones y con preferencia del vino tinto que, en su justa medida, aporta polifenoles y se le ha atribuido un cierto efecto protector para el corazón y la salud cardiovascular.
Por el contrario, las bebidas más recomendadas son: primero y principal, agua potable, imprescindible para la vida y para mantenerse saludable, luego se incluyen infusiones de hierbas y té sin agregado e azúcar, leche desnatada, o bien leches vegetales (de soja o avena), y zumos de fruta natural y/o vegetales varios (sin añadidos de azúcar y consumidos con moderación).
Via nosotras.com
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