Hoy en día, ingerimos muchas calorías, muchas grasas saturadas, azúcar y sal pero realizamos poca actividad física. Ello nos va a provocar, en el futuro, un incremento diario y rápido del sobrepeso y la obesidad, a cualquier edad.
ejercicio y obesidadCientíficamente hablando, es un hecho contrastado, que una alimentación saludable, adecuada, equilibrada, variada, suficiente y que produzca placer, junto a la práctica diaria de un ejercicio físico, se rebela fundamental para prevenir y controlar enfermedades crónicas como:
Obesidad
Diabetes
Hipertensión arterial
Enfermedades cardiovasculares
Algún tipo de cáncer
Artrosis
Osteoporosis
Algunos trastornos psicológicos
Lo ideal es asociar los beneficios de la alimentación equilibrada a la realización de la actividad física. Muchas veces, sólo se hace hincapié, a la hora de bajar peso en cambiar hábitos de alimentación y no prestar atención a la actividad física. Las ventajas de asociar el ejercicio físico a las pautas de alimentación son:
Regular el apetito
Un gasto mayor en calorías
Aceleración gasto energético de 24 horas
Evitar estancamiento en la bajada de peso
Se pierde más grasa y menos músculo
Hacer una vida con una práctica diaria de ejercicio físico, lleva a una mejora de la salud fisiológica y psicológica de la persona, aparte de alargar obviamente la esperanza de vida.
El hecho de la práctica de ejercicio físico regular y el mantener una buena forma física, aumentan el bienestar y la sensación de salud: en definitiva la calidad de vida.
Ejemplos prácticos:
Subir y bajar por las escaleras dos pisos diariamente puede reducir el peso en 3 Kg al año sin aumentar la ingesta calórica.
Caminar durante 1 hora lleva a consumir 350 Kcal cada día y a reducir el peso en 10 Kg al año.
Caminata ligera ó ciclismo 3 veces/semana 1 hora quema 300 Kcal. al día.
Natación 3 veces/semana diferentes estilos 1 hora queman 600 Kcal. al día.
En definitiva una pauta hipocalórica junto a una actividad física habitual reduce el metabolismo basal.
Debe ser un ejercicio físico diario, aeróbico (caminata, trote, ciclismo, natación) y de una duración aproximada de 1 hora.
El sedentarismo, es por el contrario, un factor de riesgo para muchas enfermedades crónicas. Ambos hábitos, deben ir de la mano durante toda nuestra vida, eso sí, adaptándose a cada edad.
¡Hay que alimentarse adecuadamente y moverse a diario!
Debemos recapacitar sí nuestros hábitos son correctos y adaptarlos, en cada caso, para lograr una buena salud; en definitiva, priorizar nuestro estilo de vida hacia una alimentación sana y equilibrada y a una actividad física habitual. Es más difícil adherirse al ejercicio físico, a medio y largo plazo que cumplir una pauta de alimentación.
Via corporaciondermoestetica.com
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario